Carmelitas Descalzas Altea

"Vivir en obsequio de Jesucristo". 

Santa Teresa de Jesús. Madre Fundadora.

El origen de la familia teresiana en el Carmelo y el sentido de su vocación en la Iglesia están estrechamente vinculados al proceso de la vida espiritual y al carisma de santa Teresa; sobre todo a las gracias místicas que la impulsaron en el siglo XVI a renovar el Carmelo, orientándolo por completo a la oración y a la contemplación, viviendo los consejos evangélicos en una pequeña comunidad fraterna, fundada en soledad, oración y pobreza.

Al realizar Teresa de Jesús su proyecto, la Providencia le dio a San Juan de la Cruz por compañero, comunicándole el mismo espí­ritu. El Santo, a su vez, reconoció en ella a la Madre del Carmelo renovado. Ambos echaron en cierto modo los cimientos de la Orden con su doctrina y experiencia.


El Carmelo Teresiano

Las Carmelitas Descalzas formamos parte de esta familia religiosa, enriquecida con un carisma propio, para desempeñar una misión peculiar en el Cuerpo místico de Cristo.

Esta familia, expresión renovada del Carmelo, hermana la fidelidad al espí­ritu y a las antiguas tradiciones de la Orden con un afan de continua renovación, siguiendo la consigna de la santa Madre Teresa de Jesús: "Ahora comenzamos, y procuren ir comenzando siempre de bien en mejor".

Por exigencia del carisma teresiano, la oración, la consagración y todas las energí­as de una Carmelita Descalza han de estar orientadas y fundadas al servicio de la gran misión apostólica de la Iglesia.


El Carmelo hoy

Las Carmelitas Descalzas  Teresa queremos ser pequeñas comunidades orantes y fraternas al servicio del Reino. En medio de la secularización, del alejamiento de Dios, del consumismo y materialismo, de la búsqueda del significado y esperanza (a veces no confesada), queremos ser personas y comunidades que viven en la presencia gozosa del Padre, de Jesús, en el Espíritu de hijos.

Queremos ser capaces de descubrir a Dios presente y cercano en las personas, en los acontecimientos, en lo positivo y en lo negativo de la historia. Un Dios que nos cuestiona e interpela.

Esta contemplación comprometida podrá revelar el rostro del Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo a las personas que lo buscan a tientas... Siguiendo las huellas de Jesús queremos Vivir en su obsequio. 

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